La comida en Montpellier sigue la tradición mediterránea heredada en la antigüedad que se cree ayuda a preservar la salud
En la cocina de Montpellier son básicos ingredientes como aceite de oliva, ajo, albahaca, frutas y legumbres, quesos de leche de cabra y oveja, miel, aceitunas y hierbas como tomillo, romero y laurel. Asimismo, las habilidades de los chefs se mezclan con recetas tradicionales y el uso de los productos locales. El vino es un protagonista de la comida de la región, siendo ésta el mayor productor de vinos de mesa del país.
Degusta las especialidades regionales en Montpellier como la cassoulet, un guiso de alubias con confit de pato, chorizo y piel de cerdo; macaronade, que lleva pasta y brageoles, una salsa de carne de res con tomate; giardianne de taurearu, cuyos ingredientes son carne de res y vino tinto, y boles de picolat, albóndigas adobadas de carne de ternero y cerdo. Prueba el clapassade, un platillo elegido como símbolo de la ciudad, que consiste en un estofado de cordero con salsa de regaliz y miel. Otros platillos tradicionales con frutos del mar son la anchoïade, salsa elaborada a base de anchoas con ajo y aceite de oliva que se acompañan con vegetales crudos; rouille de seiche, paté de sepia con alioli, que es una sala a base de ajo y aceite de oliva, y tielle, que son una especie de tartas rellenas de pulpo o calamar que se sazonan en una salsa de tomate picante.
Entre los postres tradicionales hay clafoutis aux abricots, tartas de masa delgada con albaricoques y perfumadas con flores de lavanda; rousquilles catalanes; que son pequeñas donas con glaseado de limón; fougasse, un pan al cual se le agregan ingredientes al final de la cocción como frutos secos y queso, y crème catalane, una especie de pudín a base de huevo con la cubierta caramelizada.
Para acompañar la variedad de comida, se producen vinos tintos, rosados y blancos, cuya calidad es acreditada por la denominación de origen controlada (AOC) o la indicación geográfica protegida (IGP). Entre las varietales que se utilizan están la grenache negra, syrah, cariñena, merlot, cabernet saunvignon, grenache blanca, viognier y vermentino.
La oferta gastronómica en Montpellier es muy amplia y comprende restaurantes gourmet, establecimientos de comida mediterránea tradicional, lugares para deleitarse con especialidades de diferentes partes del mundo, brasseries de ambiente casual, salones de té, bares de vinos y hasta viñedos. Algunos de los restaurantes de comida tradicional de la ciudad son Atypik Resto, L’Ambassador, Le Grillardin, La Sentinelle, Le Volodia, Le Vieux Four y Les Sens Six. También podrías internar en los salones de té como B’Cosse, que ofrece chocolates belga; Kafelin, con un concepto traído de Japón, y Les Demoiselles de Montpellier, cuyo menú incluye una variedad de pasteles. Además, para deleitarse con la variedad de vinos de la región están Le By Coss Bar, Les Caves de Trinque Fougasse-O’Nord, las tiendas La Cave des Arceaux y Au grand vins de France, y los viñedos de Domiane de Clos Sorian y del Castillo de Flaugergues.